viernes, 13 de abril de 2018

LXVII MILLAS ROMANAS DE MERIDA: UNA AVENTURA SOBRESALIENTE.


COHORTES ROMANAS DE LEGIONARIOS A LA SALIDA

Hola a todos... como si fuésemos parte de la película de Ben-Hur, ese es el sentimiento que te atrapa en la salida de las 67 Millas Romanas de Merida, una prueba de 100 kilómetros que con salida y llegada en la ciudad de Merida, recorre parajes tan bellos como el parque natural del Cornalvo, las Peñas Blancas, las Sierras de la Calderita y la Culebra,  pasando por pueblos como Mirandilla,  San Pedro de Merida, la Zarza o Alange. 

Este nuevo reto nos aventuramos a realizarlo el amigo Galo y el que aquí les escribe. Como ya sabéis tenemos un virus dentro del cuerpo que no nos deja que pase demasiado tiempo sin intentar vivir una aventura de estas características, y teníamos claro que ninguno de nosotros se lo quería perder. En esta ocasión, nuestro gran amigo Jesús "El liebre", le toco el duro trabajo de hacernos el seguimiento desde Toledo, pues por diferentes circunstancias no le fue posible asistir a tan gran evento.
Y así, entre unas cosas y otras cuando no eran mas de las nueve de la noche, un cohete y la apertura de las puertas del teatro romanos, nos avisaba de que esto estaba comenzando. Hasta la linea de salida nos dimos cita unos 700 atletas con el objetivo de hacernos dignos poseedores  de un miliario romano. Por unas horas, recorreríamos antiguos caminos y veredas al igual que lo hicieran, hace ya largo tiempo, los legionarios romanos que llegaron a estas bellas tierras Extremeñas.

Durante los cuatro primeros kilómetros la carrera fue controlada, haciéndonos un bonito recorrido por los principales monumentos romanos que presiden en la ciudad de Merida: el Teatro, el Templo de Diana, el Puente y el acueducto de los Milagros... y un sinfín de restos arqueológicos que se abrían a nuestro paso. A parte, Cohortes de legionarios formaban con sus lanzas dando paso a las hordas de bárbaros que recorríamos las vías con gran ansiedad pues las piernas nos pedían correr. 
Tras el kilómetro cuatro, justo saliendo de la ciudad, se dio por abierta la carrera y comenzamos a correr como almas que llevaba  el diablo. La lluvia, que ya comenzo a acompañarnos desde la salida, fue tomando consistencia durante el recorrido e incluso en algún momento nos golpeo con extrema dureza, y sabedora de lo que disfrutamos los del Bù con ella,  decidió acompañarnos hasta el alba: mas de ocho horas haciéndonos compañía... Espectacular los rayos en la subida al Meteorito en el Cornalvo, ¡LOS PELOS DE PUNTA!
He de decir que esta carrera tiene de los mejores avituallamientos que he visto en nuestra ya larga listas de participacion de pruebas de ultra distancia: no le falta de nada, incluso me atrevería a decir que te puedes aventurar a correrla sin llevar nada de casa: caldos, tortilla, cafes, cola-cao, galletas... DONUTS... ¡RIQUISIMOS!
La verdad que una autentica pasada, desde estas palabras los del Bù queremos felicitar a la organizacion pues es una prueba muy madura y con largo recorrido que cuida  a sus corredores en su proceso de convertirse en merecedores del miliario romano.

Hay que indicar que esta prueba tiene una zona de gran tecnicidad que es el transito por la Sierra de la Calderita, cerca de Alange. La subida se hace por una canal que asciende con gran pendiente y que culmina para lanzarte hacia el abismo  por una pedrera descompuesta. Afortunadamente, a la hora que pasamos la lluvia comenzo a calmar y pudimos retirarnos los ponchos de agua que se iban enganchando con las ramas de los arbustos de monte bajo que pueblan esas sierras. 


Tras esa zona técnica llega una nueva subida por la Sierra de la Culebra. Esta, aunque dura y campo a través en muchos tramos, se hizo muy bonita, pues el alba comenzaba a iluminar el horizonte y pudimos contemplar la inmensidad y belleza del pantano de Alange, de donde son naturales nuestras amigas Ana y Emilia, a las que aprovechamos para mandarlas un fuerte abrazo. Por cierto Emilia: que bien anda el Galo.
En lo alto de la sierra, promontorio que vigila el pueblo de Alange, se encuentra impasible al tiempo el Castillo de mismo nombre que la sierra. Es impresionante ir superando la barreras defensivas y mucho mas cuando Galo, gran conocedor de la zona, me iba contando las historias del lugar que le había traspasado un gran amigo de los del Bù: Lorenzo, historiador autodidacta de la historia de su tierra.

Y asi fueron transcurriendo los kilómetros hasta que, tras coger el cauce del rio Guadiana, dimos nuevamente alcance a la ciudad de Merida, volviendo a cruzar su magestuoso puente romano y haciendonos dignos de un nuevo miliario.

En meta e 14 horas y 11 minutos, posicionando 20 y 21 de la general. Hay que destacar que Galo se comporto como un javato, y a pesar de que no le deje casi ni comer donunts por el camino a penas se quejo: ERES UN TIO GRANDE. Ha sido un placer volver a compartir contigo la filosofia del trabajo en equipo y la construccion de la consecucion de los objetivos a base del apoyo mutuo. 


En definitiva, una carrera que aconsejamos correr en algún momento, muy bonita, en esta ocasión aderezada, como se dice en mi tierra, por una noche toledana, con organizacion sobresaliente y unos voluntarios en los avituallamientos que se merecen el mejor de los aplausos. 

LA INTRAHISTORIA:

Y es que a veces no sabes lo que nos depara el futuro... y cuando las cosas se hacen de una manera natural y sin esperar nada a cambio,  recibimos una llamada que pessamos que era broma, y de la cual nos sentimos muy agradecidos. GRACIAS.

En breve mas... pues habrá que contar bien la intrahistoria...

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